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La obra Arrancamiento nos recuerda que no existe el Síndrome de Alienación Parental, del que habla VOX
Arrancamiento es la nueva obra de Pamela Palenciano, y se estrenó en el Teatro del Barrio el pasado 14 de junio. La temporada que viene volverá a la cartelera de este teatro.
Pamela Palenciano y su equipo son ya habituales en este teatro con su monólogo No solo duelen los golpes, una referencia internacional contra la violencia patriarcal. Acaba de estrenar Arrancamiento, una obra que denuncia la violencia institucional que sufren mujeres que denuncian violencia sexual contra sus criaturas. Menciona el Síndrome de Alienación Parental, cuya existencia ha negado la OMS y que en España se ha desaconsejado solo de forma tibia. Hablamos con Iván Larreynaga, que se ha ocupado de la dramaturgia de la obra.
¿Quién se inventó el Síndrome de Alienación Parental y qué fin crees que seguía?
Fue Richard Alan Gardner (USA 1931-2003), un psiquiatra y profesor clínico de psiquiatría de la Universidad de Columbia. En su formación tuvieron un papel clave sus años en el Cuerpo Médico del Ejército estadounidense, donde desarrolló una concepción bélica de la psique humana. En su trabajo como perito judicial cuestionaba la credibilidad de las víctimas de violencia sexual.
Pero, vamos, realmente era un señor risueño que promovió sus fantasías personales y su pedofilia a través de su propia editorial privada -Creative Therapeutics-. A través de libros, casetes y cintas de video, se publicitaba a sí mismo como psiquiatra forense, con el propósito final de silenciar delitos de pederastia: sus principales clientes. Terminó suicidándose a cuchilladas en su propia casa.
Digamos que Gardner aparece con su principal libro a finales de los años ochenta ("The Parental Alienation Syndrome and the Differentiation Between Fabricated and Genuine Child Sex Abuse". 1987). Trabajo que, hasta el día de hoy, sigue siendo considerado pseudociencia por instituciones jurídicas, médicas y científicas. Y así, toda su obra. Lo interesante de este personaje es la época en la que surge y el Sistema Capitalista y Patriarcal que lo acuna. En aquella época, recordemos que venimos de la expansión hippie y de una caída de paradigmas que afectaban directamente al núcleo familiar tradicional en donde las mujeres y las madres sufrían todas las violencias machistas. Al haber esa expansión, esa apertura, digamos, empezaron a haber más divorcios y denuncias de parte de las mujeres.
Realmente, Gardner fue el conejillo de indias del Sistema Patriarcal para conseguir lo de siempre: perpetuarse hasta nuestros días. Por eso Gardner aún “sigue vivo” en España y varios países más.
Su uso está desaconsejado pero se sigue utilizando desde la extrema derecha y ciertas esferas institucionales, ¿no?
Su uso está desaconsejado por su falta de base científica, pero se sigue enseñando en facultades de psicología y recogiendo en guías de mediación porque nuestra sociedad tiene serias dificultades para mirar de frente la violencia sexual que sucede en las familias contra hijos e hijas. De hecho, su uso no es que esté desaconsejado, sino directamente se le considera pseudociencia, desaprobada por la misma OMS (excluida de su Clasificación Internacional de Enfermedades) y no está tomada en cuenta -¡ni en broma!- por el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM). Y si nos vamos a España, pues, pregúntale a la misma Sociedad Española de Psiquiatría o a la Asociación Española de Neuropsiquiatría a ver qué te dicen: que su base científica está basada en opiniones y autocitas. Punto.
Este falso SAP es un constructo más para mantener una sociedad alienada, sometida, al servicio de los grandes capitales y con miedo a despertar. Los responsables de todo esto son los mismos de siempre, incluso, desde antes de Gardner. Pero los mismos.
¿Qué dificultades entraña darle un envoltorio artístico a un tema tan complejo como este, donde además aportáis documentos reales?
Pues, hay varias dificultades para un tema tan complejo y difícil como bien dices. Pero lo que más siento como un reto es provocar en el público una sensación de obra confrontativa, oscura, dura, densa. Sabemos que, como sociedad, como personas, no estamos preparadas para estos temas. Queremos seguir en el bar, en el fútbol o en el veranito. Estamos viviendo desde hace décadas momentos muy duros como Humanidad. Lo puedo entender. Estamos agotadas. Pero es que “Arrancamiento” no es una obra confrontativa, es una obra reparadora. Es colocar luz en la oscuridad. Estamos siguiendo el “paso a paso” de la función básica del arte: entendernos profundamente como Humanidad y señalar dónde está el error o la opresión.
Arrancamiento toca el tuétano de la sociedad actual porque señala lo que sucede en su núcleo: la familia. Hemos hecho esta obra para sanar el fractal del Sistema.
¿Qué evolución encuentras respecto al anterior título de Pamela, No solo duelen los golpes?
Pamela es ya un ícono por su trabajo de denuncia a un sistema y a una construcción dañina que se cuela en las relaciones y en el amor de pareja. Y lo hace desde su experiencia personal. Ahora con la obra de “Arrancamiento” hay varios pasos más que ha dado: Trabajar con un equipo creativo que va desde la dramaturgia, la dirección, la ayuda a dirección, la producción hasta la escenografía y el vestuario. También Pam profundiza en su crítica al poner sobre la mesa las agresiones sexuales que un padre comete sobre su criatura y una madre que se da cuenta y va a denunciar. Es como si en el “No solo duelen los golpes” Pamela da una “geografía” del Sistema y con “Arrancamiento” tenemos una “monografía” del mismo.
Y, bueno, en definitiva, para todo el equipo que estamos en “Arrancamiento” ha sido una experiencia que nos ha removido en nuestras propias vivencias personales también. De alguna u otra forma, esto que se nos ha removido, lo hemos puesto con mucho amor en la obra.
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