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Los Breves del Reality News

¡A los leones!
A pesar de que el Gobierno está asediado por múltiples frentes, y que la sombra de la corrupción ha puesto en riesgo la continuidad de la legislatura, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sigue vivo y coleando, para desesperación de las poderosísimas fuerzas que lo quieren tumbar y hasta mandarle a la cárcel, Aznar dixit. Pero la soga sigue ahí, bien visible, y paradójicamente parece colocada por el mismo Sánchez desde el momento en que asumió acríticamente el informe de la UCO sobre su secretario de Organización, Santos Cerdán, dándole el rango de sentencia judicial y confirmando con ello que en España la policía se ha convertido en el instructor de hecho a pesar de los muchos desmanes, abusos y fabricaciones cometidos en la última década contra la disidencia política. Ni atisbo de duda ante las múltiples cuestiones extrañas que emanan de un informe policial que ni siquiera dice lo que se ha instalado como relato en los medios; ningún respeto tampoco a la presunción de inocencia: el César bajó el pulgar y la jauría aulló “¡A los leones!”.
Suicidido en el Comité Federal
El aval implacable de Sánchez al relato propiciado por la UCO, mandando a los leones a su secretario de Organización y difundiendo además que fue él quien le dobló el brazo —¡como si no hubiera comunicado antes el propio Cerdán su decisión de dimitir y renunciar al acta!—, ha tenido el lógico efecto de amplificar todavía más la sensación de gangrena corrupta y ha propulsado la lucha final de los que aspiran a tumbar al Gobierno. Ni siquiera los muy sólidos argumentos esgrimidos por Benet Salellas, el abogado de Cerdán, en su recurso contra las incongruencias del auto de prisión —¡mientras Ábalos, Koldo y Aldama siguen de parranda!— ha modificado la actitud recta e inflexible del Gran Líder, lo que es también un aviso para su equipo sobre la insoportable levedad del súbdito. Una de las obras emblemáticas de Manuel Vázquez Montalbán de la saga de Pepe Carvallo fue Asesinato en el Comité Central, pero la respuesta de Sánchez al llamado caso Cerdán, que casi acaba con su Gobierno, merecería un remake contemporáneo con el título más adaptado a los nuevos tiempos: Suicidio en el Comité Federal.
El negocio de mover a Junts
Aunque a la derecha le cuesta entenderlo, es el ordenamiento jurídico emanado de la mismísima Constitución lo que permite al Gobierno seguir en activo pese a la supuesta gangrena corrupta y a la operación por tierra, mar y aire para tumbarlo. Su caída solo sería posible si algún actor de peso del bloque de investidura cambiara de bando. Y ahí el candidato más claro es Junts, abiertamente accidentalista aunque con el problemilla de que no es fácil sumarse a una operación que lleva como bandera meterles a ellos a la cárcel. Y sin embargo, mover a Junts parece justamente el propósito compartido por la extraña pareja que desde hace un tiempo forman el periodista José Antich, director de El Nacional —lo más parecido a OK Diario que existe en Cataluña— y Gonzalo Boye, abogado de Puigdemont, que tras romper con elDiario —la enésima ruptura en su trayectoria, que ha dejado siempre tierra quemada por donde pasa, incluido en Mongolia— exhibe una oposición tan furibunda al Gobierno que Gabriel Rufián se refiere públicamente a él como “agente doble o triple”. Antich y Boye fueron muy influyentes en Junts, ciertamente, pero a la vista de los resultados de esta empresa común —¿imaginan el botín a repartirse?— da la impresión de que sus susurros son ahora menos audibles en Waterloo.
Receptor de las “cloacas”
El ascenso de José Antich a la dirección de La Vanguardia, en 2000, coincidió con la mayoría absoluta de José María Aznar y por sugerencia directa de este al conde de Godó tras un intenso trabajo de persuasión por parte de Jorge Fernández Díaz, entonces cuate del periodista. Pero cuando cambiaron las tornas políticas, Antich se hizo independentista y no tuvo ningún problema en emular al converso Torquemada y erigirse en uno de los más beligerantes perseguidores del “cloaquero” Fernández Díaz en uno de los episodios de amnesia más sonados en la historia de España contemporánea. Parecía una gesta difícil de superar, pero ahora el propio Antich ha exhibido una amnesia equiparable al cargar con exagerada indignación contra las supuestas “cloacas de Santos Cerdán” y señalar a la periodista Leire Díaz y al empresario Javier Pérez Dolset como si no los conociera de nada… ¡cuando hasta anteayer habían sido fuentes de primer orden de su diario con informaciones relacionadas con la operación Catalunya! El Nacional tiene la merecida fama de publicar los materiales procedentes de estas supuestas “cloacas” incluso cuando no superaban los estándares de calidad de otros medios: ¡Qué escándalo, aquí se juega!
¡Abajo el Gobierno y el fiscal general!
El odio que Gonzalo Boye exhibe cotidianamente desde sus redes sociales contra el Gobierno solo es equiparable a la inquina que profesa al fiscal general, y es imposible no vincularlos a tenor de objetivos que explicitaba en las múltiples reuniones en las que participó para preparar la comisión de investigación sobre la operación Catalunya en el Congreso. Sin embargo, por muchas sugerencias que haya recibido al respecto, la Fiscalía jamás cambió su posición en el juicio contra Sito Miñanco y sus colaboradores y mantiene una petición de 9 años y 9 meses de cárcel para Boye por su supuesto papel en el esquema de blanqueo del narco. Y tampoco se ha avenido a pedir el indulto para Laura Borràs, cuya “defensa” ejerce el despacho de Boye, que colocó como perito en jefe al ultraderechista y asesino de la militante antifranquista Yolanda González. ¿Alguien puede dudar de que existen motivos de peso para que caigan inmediatamente el Gobierno y el fiscal general del Estado?
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